A este Scania S 730 nunca le veremos engrosar la lista de los camiones más vendidos. Pero sin duda es uno de los vehículos más deseados y admirados por la profesión.
Scania es uno de los constructores que aún sigue utilizando un acelerador libre, es decir, el acelerador reacciona de forma casi proporcional a la presión que realice el conductor. Una parte significativa de su competencia ha optado por limitar la respuesta del acelerador, lo que hace que sus vehículos alcancen velocidad de forma mucho más pausada y que pierdan prestaciones en las subidas.
A pesar de esto, no pensemos que este 730 CV se pone de manos cuando pisamos el acelerador, y menos cuando está arrastrando 40 Tm. Su respuesta siempre es correcta, se pone en movimiento de forma contundente, pero reposada. Seguro que en una salida podría sacarle algún cuerpo de distancia a otro camión convencional, pero en este aspecto este V8 no se comporta como un camión de competición.
Donde demuestra todo su poderío es en las zonas de montaña, y más aún, en las que las curvas cerradas nos hacen perder velocidad. Pero esta eficaz y contundente respuesta no la podemos disfrutar en nuestro recorrido.
En los kilómetros de nuestra prueba hemos podido comprobar como este vehículo parece tener varias almas y que el nuevo control predictivo de Scania en cada actualización mejora de forma ostensible su inteligencia. Eso sí, para poder degustar todas estas virtudes y bondades hay que usar el control de velocidad. Si no estaremos trabajando con un camión con un músculo impresionante, pero carente de cerebro. O dicho de otra forma, solo podremos usar toda su potencia de forma civilizada realizando una conducción muy eficaz, cosa que en principio parece ir contra la propia esencia de un super camión como este.
Los 33,28 L/100 Km de gasóleo puro consumidos por este S 730, ya nos hacen pensar que no estamos ante un 730 CV desbocados. Pero hay que hacer hincapié en que las condiciones en las que realizamos la prueba fueron nefastas. Sufrimos muchísimo tráfico, lluvia, viento y obras en la AP6 y Somosierra que nos hicieron circular sobre un solo carril, y por tanto ralentizaron al camión. Además sufrimos dos imprevistos más. El primero fue un proverbial atasco en Valladolid, en este tramo el S 730 CV acreditó unos exiguos 51,65 km/h, cuando su homónimo R 730 que probamos en nuestro número 299 alcanzó los 69,21 L/100 km.
Y por último, un accidente en la Cabrera. En este punto tuvimos que volver a parar, y por tanto volver a poner el vehículo en marcha en cuesta, para acabar circulando en caravana durante varios kilómetros. En definitiva, la velocidad media tendría que haber sido superior y el consumo sensiblemente inferior.
Varias almas
Como decíamos el principio este S 730 reacciona de forma muy diferente dependiendo del obstáculo al que se va a enfrentar. En la primera subida, la del túnel de Guadarrama, nos sorprendió. Comenzó cambiando por encima de las 1.100 rpm, los 13 litros del constructor sueco bajan de las 1.000 rpm sin complejos.
Entonces pensamos que el programa de la caja estaba diseñado para rendir al máximo, olvidándose del consumo. Pero no, en el Caloco nos volvió a sorprender. Circulábamos con el control de velocidad regulado a 85 km/h. Antes de comenzar la pendiente superó en varios kilómetros a la hora este guarismo y luego conectó la función eco-roll. Una vez situado en el repecho engranó la 11ª marcha y volvió a superar los 85 km/h, para terminar la última parte de la subida en punto muerto y perder velocidad hasta llegar a los 78 km/h justo antes de comenzar a bajar.
Esta estrategia la utilizó en las partes más duras de nuestro recorrido, aunque en otras ocasiones decidió que se podía afrontar una cota con tan solo 992 rpm. Esta operación la realizó en el último cambio del Portachuelo, donde pasó de la 11ª a la 10ª marcha cuando circulaba a 64 km/h.
Cadena cinemática
Todavía con EGR
Los V8 de Scania son unos propulsores atípicos. Su configuración en V los hacen únicos y sus 16.400 cm3 de cilindrada resulta ser la mayor que podemos encontrar en nuestro mercado. Esta mecánica puede entregar 520, 580 o 730 CV. Las novedades las encontramos en la lógica de la electrónica, en las cámaras de combustión, en los inyectores, en su temperatura de trabajo, algo más elevada, y en la refrigeración del aceite que ahora monta un termostato. Estos motores siguen utilizando la combinación de AdBlue y recirculación de gases para regular sus emisiones de NOx.
En resumen
En el segundo rellano del Portachuelo el control de velocidad superó los 86 km/h, el regulador lo teníamos programado a 85 km/h. Esta solución la utilizó en casi todas las subidas. La pregunta es: ¿cuándo el camión está limitado a 85 km/h, el control de velocidad también se estira por encima de la velocidad fijada como límite?
El semáforo
Despunta:
- Potencia y par motor.
- Acabado.
- Guiado de la caja
- de cambios.
- Suelo completamente plano.
Superable:
- Precio.
- Tara.
- Bandeja central.
- Parasoles interiores.
| Consumo Adblue | 1,96 L/100 km |
| Precio Adblue | 0,70 €/litro |
| Precio gasóleo | 1,149 €/litro |
| Consumo gasóleo | 33,28 L/100 km |
| Velocidad media | 81,19 km/h |
| Coeficiente de rentabilidad | 78,91% |
Revista Transporte Profesional
