
Ganvam recuerda que la demanda de vehículos depende, en gran medida, “de la evolución económica, al ser la automoción un sector “corcho” por la relación directa entre la mejora del entorno y la subida de las matriculaciones. Bruselas acaba de revisar al alza su previsión, situando el crecimiento español en el 1,4% para 2023, lo que, unido a una inflación que -aunque alta- pierde fuerza, permite dibujar un horizonte de optimismo moderado a corto plazo”.
Aún así, la recuperación de la demanda va a encontrar su límite en una oferta que, tras las tensiones sufridas en las cadenas de suministro mundiales de componentes, irá recuperando su ritmo de forma gradual, acortando los plazos de entrega de manera progresiva. En este sentido, la creación de fábricas de microchips en Europa tendrá un impacto sobre la cadena de suministro, pero no se prevé que sus efectos se noten antes del final de la década.
Así, los turismos pasarán de crecer a un ritmo cercano al 8% en 2024 a situarse en el entorno del 6% de subida en 2025. En el caso de los comerciales ligeros, se espera que reduzcan su ritmo de crecimiento en un 8% en apenas dos años, al pasar de una subida del 13% en 2023 a una del 4,5% en 2025, superando las 150.000 unidades matriculadas.
Crecimiento de las ventas de camiones
En el caso de los vehículos industriales (camiones), Ganvam espera un crecimiento gradual, aunque cada vez menor, hasta 2030. Para 2023 se prevé un aumento de las ventas del 5,7%, hasta casi las 25.000 unidades, mientras que para el próximo año el aumento previsto es del 5%, cuando esperan superarse las 26.000. A partir de ahí, el crecimiento irá en el entorno del 2%, pero siempre en positivo, hasta rozar en 2030 los 30.000 camiones vendidos.
Según Ganvam, la aplicación de la normativa Euro 7, cuya entrada en vigor para camiones y autobuses se plantea para 2027, exigirá corregir a la baja estas previsiones, lo que supondrá acelerar también la ralentización del mercado de vehículos industriales que, a partir de esa fecha y tras la renovación de flota de años anteriores, ya tiene previsto reducir su ritmo de crecimiento de un 2,1% a apenas un 0,4% en 2030.
Para Fernando Miguélez, director general de Ganvam, “el impacto de la aplicación de la Euro 7 en vehículos pesados será dura porque hacer frente a este desafío tecnológico supone para este mercado encarecer más de 2.000 euros el precio de cada unidad (frente a los más de 300 euros de los turismos) en un contexto en el que la rentabilidad del concesionario no mejora por la subida del precio de los camiones y crecen de forma considerable las operaciones directas entre marcas y flotistas, sin pasar por las redes, lo que puede tener un impacto muy negativo en el tejido productivo y el empleo”.