
La última asamblea general de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) fue sin duda muy especial. No ya solo porque tuviera carácter electoral, lo que siempre es un acontecimiento para los que de alguna u otra manera nos sentimos de la casa, sino por el hecho de que supuso la despedida de Ovidio de la Roza como presidente de la Confederación tras 10 años en el cargo, que da un paso al lado después de una década de duro trabajo al frente de la patronal.
Eso sí, todavía no deja el mundo asociativo, ya que le queda un año y medio como cabeza visible de ASETRA-CETM Asturias -hasta noviembre de 2026-. Y además el próximo mes de mayo se celebrará el Congreso Nacional de Empresarios de Transportes en Gijón. Todo ello será el colofón a su vida profesional y se cerrará el círculo.
Han sido cerca de 50 años trabajando por y para el sector del transporte de un hombre hecho a sí mismo, que empezó como transportista autónomo con un camión en su Asturias natal hasta que su sentido del deber y su entusiasmo por el transporte de mercancías por carretera hicieron el resto.
Y es que De la Roza ha hecho una labor encomiable en estas casi cinco décadas, pero también muchos sacrificios personales, algo que han sabido entender en su familia, que durante este trayecto ha comprendido que se debía a su pasión y le han apoyado en todo momento, tanto su mujer como sus tres hijos.
Hombre de fuertes convencimientos y de carácter, al mismo tiempo que sensible con los problemas de los profesionales, siempre ha estado donde tenía que hacerlo, y si un día se encontraba en el Ministerio de Transportes como presidente del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) intentando llegar a acuerdos para la mejora del sector, al día siguiente estaba atendiendo a los medios de comunicación y al otro acompañando a cualquiera de las asociaciones nacionales y provinciales de la Confederación que requerían su presencia en alguna reunión o en sus propias asambleas. Y si se tenía que arremangar para solucionar algún problema que en mayor o menor medida afectaba al sector, pues ahí estaba.
Ovidio de la Roza siempre ha puesto por delante los intereses de la mayoría a los suyos propios
Una fuerza de la naturaleza que va a dejar una huella muy importante y que ha sido capaz de unir y convencer a muchos incluso en los peores momentos, en aquellos en los que el sector ha tenido que parar para hacer valer sus convencimientos y derechos, y en lo que entendía que era lo justo para su propia supervivencia. Ahí siempre estuvo Ovidio, dejando un legado que siempre se recordará.
Pero todo pasa y ahora llega el momento de una nueva era con Carmelo González al frente de la CETM. Y no me duelen prendas en reconocer que estoy convencido de que lo va a hacer igual de bien que su antecesor, pues también es un profundo conocedor del sector desde que inició su trayectoria allá por 1991 en una empresa de transportes de productos petrolíferos.
Lógicamente, la vida asociativa no le es desconocida desde que empezó a interesarse por la problemática específica de este subsector de actividad formando parte de ANEDIPE y más tarde de CETM Cisternas. Igualmente ha gestionado asociaciones territoriales como ASETRAZ y FETRAZ, para más tarde llegar a la presidencia de CONETRANS y del Comité Nacional sustituyendo precisamente a De la Roza.
Es un hombre de discurso pausado pero a la vez contundente, sabiendo en todo momento lo que dice y a quién se lo dice, y que tiene muy claro el camino que debe seguir el transporte de mercancías por carretera.
Y lo que es más importante, pretende que su presidencia sea participativa, transparente y abierta a nuevas ideas. Dice estar entusiasmado con la oportunidad que se le brinda, señalando que tiene que ser la Confederación quien lidere el cambio en el sector. “Tenemos que transformar los desafíos en oportunidades y convertir lo imposible en posible” aseguró durante su ‘discurso de investidura’. Y a buen seguro que lo va a conseguir, que todos juntos lo vamos a conseguir. Mucha suerte en tu caminar Carmelo.